Encuestas Electorales, Sondeos y Barómetros

Encuestas Electorales, Sondeos y Barómetros

Decía el sociólogo Pierre Bourdieu que una de las propiedades de las encuestas en general y de las encuestas electorales en particular consiste en plantearle a la gente una serie de problemas que ellos no se plantearían y sugerir respuestas a esos mismos problemas que no se han planteado; en última instancia, a través de las encuestas la opinión ilustrada impone ciertas respuestas a la mayoría de la población.

Hoy en La Comarca Política hablamos de encuestas, sondeos y barómetros para conocer quién está detrás de ellas y por qué son tan importantes con el sociólogo y politólogo Andrés Romero.

Empecemos.

Perfil del entrevistado

Andrés Romero profesor sociologia

Andrés Romero nació en Granada en 1965, pero es valenciano desde 1977. Graduado Social Diplomado y Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la UNED en 1998. Profesor Asociado del Departamento de Sociología y Antropología Social desde 2011. Además, Andrés también es asesor y coordinador de campañas electorales de ámbito local desde 1995. Coordina la fanpage de Facebook Elecciones y Encuestas por la que le preguntaremos en la entrevista. Se ha dedicado profesionalmente a cuestiones de empleo y desarrollo local.

Entrevista al sociólogo y politólogo Andrés Romero | Encuestas Electorales, Sondeos y Barómetros

La Comarca Política. Hola Andrés, te damos la bienvenida a este espacio de Comunicación Política y Electoral. En primer lugar y para ubicar a las personas que nos estén leyendo Andrés, ¿qué son y cuál es la importancia de las encuestas electorales?

Andrés Romero. Una encuesta es un instrumento de investigación para recoger las opiniones de las personas sobre determinados asuntos. En el caso de las electorales, sobre su opinión o percepción de la temática electoral, concretamente la que se refiere a la competencia partidista.
Una importancia que viene dada, en primer lugar por su capacidad de recoger información política y electoral de primera mano, transmitiendo a los dirigentes políticos cuáles son las preocupaciones e intereses de la ciudadanía, del electorado. Desde luego también para saber la tendencia en los apoyos electorales a cada organización política, y a la labor de gobierno u oposición que realizan.

Pero también, y en segundo lugar, la capacidad que tienen de influir, una vez publicadas y aderezadas de las reseñas periodísticas de rigor, en esas opiniones y apoyos, dirigiendo los intereses y preocupaciones en un sentido u otro. Con ello se pretende en lograr la cuadratura del círculo, o hacer que la profecía (la encuesta) se cumpla, se haga real. Es decir, que lo que se divulga en las encuestas se haga realidad más allá de que sea lo que de verdad plantea o sienta la ciudadanía.

Y esto último, en España, lo hemos visto cada vez que hay un momento de cambio político, desde luego a partir de las elecciones europeas de 2014 y hasta las últimas generales de 2016.

LCP. Vemos sondeos en la televisión, en los periódicos, los escuchamos por la radio… ¿Pero quien hace las encuestas electorales? ¿Quién está detrás?

A.R. Las suelen hacer fundamentalmente empresas especializadas, tanto sociológicas como de investigación de mercados (el mercado electoral en este caso). Es lo habitual, aunque en ocasiones también las hacen los propios partidos, los propios medios e, incluso, particulares.
El equipo que realiza una encuesta suele estar compuesto por un director, que se encarga del diseño y la metodología de la encuesta, así como del análisis y comprensión de los datos recogidos por un equipo de encuestadores, que bien los obtienen de forma presencial o telefónicamente. También cada vez más telemáticamente.

¿Quíen paga todo esto? Pues en la mayoría de encuestas publicadas, los medios de comunicación, que obviamente tienen una línea editorial definida y que a nadie escapa. 

¿Dónde está el problema, el gran problema? Pues que cada empresa encuestadora está asociada a un medio de comunicación concreto, con su línea editorial (y también política) definida, y aunque la encuesta pueda estar correctamente elaborada, lo que transmiten los medios al ser publicadas es a veces (y lo ha sido mucho entre 2015 y 2016) tendencioso.

Muchas personas ni siquieran se habrán fijado en el nombre de la empresa que hace la encuesta, la inmensa mayoría no repara en la Ficha Técnica, pero casi todo el mundo sabe qué candidatura prima y cuál es denigrada en el ABC, El País, El Mundo…

LCP. Otra de las preguntas que muchos se plantearán, y sobre todo después de los errores de pronóstico que hemos visto en los últimos barómetros: ¿Por qué fallan las encuestas electorales?

A.R. Pues pese a la percepción generalizada, ni la gran mayoría de encuestas electorales se desvían en exceso del resultado, ni tampoco realizan “pronósticos” de futuro.

Lo que una encuesta concreta recoge es una intención de voto en un momento dado, que el sociólogo transforma en una estimación de voto “si las elecciones fueran en el momento en que se pregunta a las personas”. Pero la intención de voto puede cambiar en pocos días, debido a la influencia de un sinfín de variables, incluida la influencia que los resultados de la propia encuesta tenga en el electorado.

Por ello, lo importante no son los datos concretos de una encuesta, sino la tendencia que muestran una serie de encuestas homogéneas a lo largo del tiempo.

Si esa tendencia, además, es similar a la que muestran otro conjunto de encuestas en el mismo lapso de tiempo, se puede tener una percepción (que nunca una certeza) del sentido del voto del conjunto del electorado.

LCP. A pesar de esto, ¿podríamos decir entonces que las encuestas electorales son fiables?

A.R. Tan fiables como que no hay partido político, analista, periodista o interesado en el tema electoral que las rechace. Y por las razones que hemos comentado antes: la capacidad de conocer qué piensa y opina el electorado y, posiblemente, la posibilidad de influir en ese propio electorado a través de la publicación interesada de encuestas favorables.

Sólo hay que fijarse en las fichas técnicas, leer lo que dicen las propias encuestas más allá de los aderezos periodísticos, e interpretar qué dicen y qué no dicen.

LCP. ¿Por qué dirías que tiene tanta importancia la encuesta del CIS?

A.R. En los resultados obtenidos por una encuesta influye el equipo humano que la realiza, y fundamentalmente el Nivel de Confianza y el error estimado en la encuesta. En estos últimos es especialmente interesante el tamaño de la muestra, y la forma de obtención de la misma. Cuanto mayor y mejor sea la muestra (el número de personas a encuestar), más aproximación habrá entre la información que se obtiene de la misma y la posibilidad de extrapolar sus resultados al conjunto de la población que se analiza. Es lo que se llama la representatividad de una encuesta. Si la representatividad es buena, y siguiendo un procedimiento estadístico, con una muestra de apenas 400 personas es posible aproximarse mucho a lo que opinan millones de personas de las que se extrae esa muestra, y a los que no es necesario preguntar.

Desde luego, eso exige capacidad y recursos. Un particular no los tiene a su alcance, a una empresa privada le resulta costoso, un medio de comunicación privado le saca una doble utilidad, pero el CIS es un organismo público en el que prima (al menos debería hacerlo) el interés público y tiene una garantía científica, además de disponer de recursos que no tiene nadie más. Con ello realiza encuestas con muestras de 2.500 personas (la mayoría no alcanzan las 1.100 personas, muchas incluso se quedan en menos de 400), un nivel de confianza similar al resto, pero un error de muestreo mucho menor.

LCP. En vuestro facebook Elecciones y Encuestas os hacéis eco de muchas de las encuestas y barómetros que salen publicados, y realizáis un pequeño análisis según su muestra. ¿En qué os soléis fijar para saber si la encuesta o el barómetro político es fiable?

Encuestas electorales, sondeos y barómetros

A.R. Elecciones y Encuestas lo formamos un equipo compuesto por Zaidín Val, Antonio Ruiz Parrondo, David Suárez Martín y yo mismo, cada uno de un lugar distinto y con (seguro) ideologías distintas, pero todos interesados por las cuestiones electorales y que buscamos la máxima objetividad.Recogemos y damos veracidad a la gran mayoría de empresas encuestadoras, no a todas. En el tiempo que llevamos analizándolas, lo primero que buscamos es su Ficha Técnica. Si no sabemos ni cómo ni cuándo se realiza una encuesta, ni cuál es la muestra, ni nivel de confianza o margen de error, no le damos la más mínima credibilidad. Esto sucede con las que publicitan La Razón y La Sexta, de las que nunca hemos visto ficha técnica alguna. Otro tanto sucede cuando se hace pasar por encuesta lo que no lo es, habitual en el diario Público.

Frente a estas malas prácticas, que no son más que publicidad colorida con gráficos y porcentajes, hay encuestas serias, y la que más las del CIS, pero también las de empresas como Sigma Dos, Metroscopia, GAD3, My Word, Simple Lógica y un largo etcétera.

LCP. Las últimas encuestas electorales ponen el foco en Catalunya. ¿Cómo estás viendo su evolución?

A.R. Con malestar y bochorno hacia los dirigentes politicos. Hacia casi todos. Han llevado la situación a un punto de sinrazón en la que priman los intereses partidistas olvidando las preocupaciones reales de la población, porque no les interesan abordar los problemas de la ciudadanía en matería de empleo, precariedad, corrupción (de esos mismos políticos), vivienda, calidad de los servicios públicos, etc… Todo se ha convertido en una batalla propagandística y jurídica por el poder.

Los sentimientos han desplazado a las razones.

En términos electorales, las posiciones se han polarizado y no cabe transversalidad alguna, y se ignora (en Cataluña) a la mitad de la población que no comulga con las posiciones propias, en que casi todos se han definido en un bloque u otro. Y a una acción (el independentismo catalanista) ha seguido una reacción opuesta (el enaltecimiento del españolismo más visceral y ultramontano). Posiblemente en Cataluña los resultados que obtenga uno y otro bloque sean similares y queden empatados, con una incomoda posición por parte de los “comunes”, atrapados también en el discurso territorial.

Sin embargo, a nivel de España en su conjunto, la tendencia se está viendo clara: la primacía de la cuestión territorial sobre la social repercute en un ligero descenso en apoyos hacia PP y PSOE, fuerte descenso de Podemos, y ascenso claro de Ciudadanos, precisamente por su marcado discurso antinacionalista (no tiene otro).

Los partidos y medios más conservadores han conseguido eliminar de la agenda política los problemas sociales y económicos, los graves problemas instituciones (corrupción, falta de independencia judicial…) y ahora todo gira alrededor de una cuestión territorial irresuelta.

LCP. Por último Andrés, ¿qué encuestas deberíamos mirar con mayor atención para conocer el comportamiento político y electoral de las comarcas valencianas?

A.R. En la Comunidad Valenciana, no se han conocido encuestas de ámbito provincial (que son las demarcaciones electorales en las que el voto de la ciudadanía se convierte en representación política) y determinantes, tampoco ninguna de ámbito comarcal. Sólo Levante-EMV publicó una recientemente de ámbito autonómico (con una muestra correcta) y tres referidas a las capitales de provincia con una muestra muy reducida y, por tanto, escasamente representativa.

Y lo que muestran es, al igual que en el conjunto de España, y por cuestiones que en principio nada atañen a la propia gestión política de la Comunidad, un ascenso de Ciudadanos, un leve ascenso del PSOE (por su liderazgo mediático en la Generalitat), un leve descenso de Compromís (quizás por sus simpatías catalanistas, no por la gestión autonómica), un fuerte descenso de Podemos, y el mantenimiento relativo del PP. Apenas se apunta la posibilidad de que EUPV entrase en les Corts en próximas elecciones, y el resto de fuerzas políticas parecen irrelevantes electoralmente.

En La Comarca Científica analizamos estos datos en el mes de octubre.

Resulta de todo punto paradójico que la labor de gobierno u oposición en la Comunidad apenas tenga relevancia, y la tendencia electoral venga marcada por un guión que se dicta desde fuera (leáse Madrid o Barcelona). Las cuestiones que nos afectan directamente no son tenidas en cuenta por la ciudadanía valenciana. Quizás por eso se está poniendo el foco por quienes están en la Generalitat en la cuestión de la infrafinanciación, porque aparte de ser cierta enlaza con la cuestión territorial que es la única existente en la agenda política en la actualidad.

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