Música electoral. El poder de las melodías en campaña

Música electoral. El poder de las melodías en campaña

La música electoral juega un papel fundamental en las campañas políticas y electorales, y en general en la comunicación política. Movilizan las emociones, permiten al votante viajar al pasado y rememorar grandes momentos y pueden ridiculizar al adversario político…

Profundizamos en el poder de las melodías con Teresa Ciges. Bienvenidos a La Comarca Política

Perfil de la entrevistada

Teresa Ciges - Comunicación política

Teresa Ciges (1992, València) es periodista, especializada en comunicación política y entorno digital. Estudió el Grado Medio en el Conservatorio Profesional de Música de València, y posteriormente hizo la carrera de Periodismo (UV). Postgrado en Comunicación Política (ICPS-UAB) y Màster en Màrqueting Político (ICPS-UAB).

Tiene experiencia como analista política en medios de comunicación (La Vanguardia, Catalunya Ràdio, Saó…) y ha trabajado en gabinetes de prensa de ayuntamientos, así como en diferentes campañas políticas de gran envergadura. Recientemente ha creado un canal de Youtube sobre comunicación política.

Entrevista a Teresa Ciges | La Música Electoral

Alexis Lara: Hola Teresa, bienvenida a nuestra sección de comunicación política.

Teresa Ciges: ¡Hola! ¡Muchas gracias por pensar en mi para este espacio tan interesante!

AL: En esta entrevista queremos hablar de la música electoral, es decir, de la música que se emplea en campaña por los diferentes partidos políticos. En primer lugar, ¿por qué dirías que es importante escoger una canción o varias canciones para los actos políticos?

TC: La música es una herramienta potentísima de comunicación política, y se ha demostrado a lo largo de la historia (el “Va, pensiero”, de Verdi, el “Grândola, Vila Morena” o “El cant dels ocells”, son algunos de los numerosos ejemplos que tenemos). La armonía y el ritmo comunican, pero también las letras de las canciones, así que puede dar mucho juego; y -como no podía ser de otra forma- los asesores políticos cuentan con ello. Es por eso que en actos electorales suelen escogerse una o dos canciones: una para el inicio y otra para el final. Si la del inicio es importante para animar el ambiente, aún lo es más la del final, ya que es el último recuerdo que tienen del acto las personas asistentes y sería fantástico que muchas de ellas se fueran a sus casas tarareando la canción o se queden con ella. De esta forma, cada vez que les venga la melodía a la mente recordarán el acto, y por tanto, la propuesta política. Así, de forma “inconsciente”, pueden ser prescriptores del partido (teniendo en cuenta que a los actos de campaña suele acudir el público convencido o aquel que duda pero tiene un gran interés por dicha opción).

AL: Hablamos de emociones y podríamos hacerlo incluso del neuromarketing. De hecho la música puede llegar a transmitir tanto que produce efectos en nuestro cuerpo, como la generación de endorfinas, la hormona de la alegría. Pero la variedad musical es ingente como lo son las personalidades de los votantes. ¿Dirías que la música electoral es capaz de construir identidad política en determinadas campañas electorales?

TC: No soy experta en neuromárqueting, pero el divulgador científico Philip Ball afirma que la música es un pegamento social que une a las personas. Esto lo vemos en las comunidades que se crean en las bandas de música o en los coros, e incluso entre los seguidores de un artista concreto. Por tanto, si se crea comunidad se crea identidad de pertenencia a un grupo. No me atrevería a decir que en tan sólo una campaña electoral (de 15 días, como las del Estado Español) se consiga crear identidad, pero en una campaña permanente sí. Posiblemente, uno de los mejores ejemplos lo tenemos en la música en valenciano, que ha conseguido que miles de jóvenes tomen conciencia de la identidad valenciana y de la importancia de la defensa de la lengua. No es una campaña que nazca de un partido o institución, pero tenemos que recordar que desde la sociedad civil, entidades, movimientos sociales, también se pueden impulsar campañas políticas muy potentes. Greenpeace o Òmnium Cultural son grandes ejemplos.

Música electoral en campaña

AL: Si entramos a una visión más micro por lo que respecta a la música electoral, ¿qué papel juegan elementos como la voz, los efectos, los silencios o los diferentes instrumentos musicales? A grandes rasgos, ¿qué dirías que son capaces de transmitir?

TC: Hay un gran vínculo entre música y emociones. Uno de los aspectos claves son los intervalos: el musicólogo Deryck Cooke explica que la tercera mayor es una expresión de placer o felicidad (y no es de extrañar que sea la base de la Novena Sinfonía o de La Traviata). Sin embargo, la tercera menor provoca emociones dolorosas (como las que transmite la Quinta Sinfonía de Beethoven, de Mahler o de Tchaikovsky). Así que vemos que el interés de generar emociones a través de la música no es algo nuevo del márqueting político, sinó que es una constante a lo largo de la historia. También tiene una gran importancia la intensidad, el ritmo, el tempo y el tono: cuanto más alta se toque la música, más énfasis se da a la emoción. Y la alegría transmitida por una determinada progresión puede ser tumultuosa (allegro), calmada (moderato), serena (adagio), histérica (presto) o resignada (lento), entre muchos otros estados de ánimo. De hecho, el profesor de Psicología de la Música, Stefan Koelsch, afirma que la música es capaz de evocar el núcleo de las estructuras cerebrales responsables y creadoras de nuestro universo emocional.

AL: En las elecciones generales de 2019 celebradas en España, cada partido usó su música para la campaña electoral habiendo sido, supuestamente, analizada y estudiada por el equipo de campaña para transmitir una serie de emociones. ¿Destacarías alguna en particular? ¿Hubo algo que te llamara la atención?

TC: Sinceramente, no te sé destacar ninguna en particular. Y si una persona que está al día de la información política no se ha quedado con la copla, imagínate alguien que no está pegado a la actualidad. Tenemos que tener claro qué queremos conseguir con la música: si únicamente abrir y cerrar actos (y de esta forma limitarnos a los convencidos, como he comentado antes) o llegar a un electorado que no forma parte del núcleo duro de votantes. Si es así, tenemos que emplear otras estrategias, como por ejemplo el uso de la música en Youtube a través de nuestros activistas digitales (como han hecho de forma destacable Podemos o Vox), las playlists en Spotify (como hizo el PSOE…). Las redes sociales nos ofrecen herramientas eficaces para segmentar y acercarnos a un público al que difícilmente llegaríamos sin ellas.

AL: En comunicación política recomiendan que los partidos políticos en campaña dispongan de un jingle o melodía principal para toda la campaña política, pero interpretada con diversos estilos musicales. Nos viene a la cabeza el himno del PP en versión latino. ¿Qué opinas de estas estrategias políticas? ¿Qué objetivo persiguen? ¿Funcionan?

TC: No soy muy partidaria de ir haciendo versiones del himno del partido, porque le restan rigor e institucionalidad. El himno del PP es, sin lugar a dudas, el mejor himno político que hay en el Estado Español: una melodía sencilla que cualquiera puede tararear en un momento dado. Ahora bien, si querían hacer una versión latina para parecer más jóvenes y renovados (con lo que no estoy de acuerdo), podrían haber pedido a algún militante o activista digital que la lanzara y ellos darle cuerda y divulgarla de forma simpática por las redes, pero no anunciarlo en rueda de prensa. ¡Recuerdo ver las caras de los periodistas que la cubrían que no sabían dónde meterse! Respecto a la melodía para toda la campaña, me parece muy adecuado, justamente por lo que comentábamos antes: se asocia al partido, y si es pegadiza, pueden hacer de prescriptores.

AL: Pasamos de la música y las canciones a quienes la elaboran y la cantan. Pignoise cantó para el PP vasco o Marta Sánchez para Ciudadanos, entre otros. ¿Por qué tiene tanta importancia que las estrellas de la música se sumen a una campaña electoral de un partido en concreto?

TC: Básicamente porque las estrellas de música, al igual que actores o deportistas, tienen miles de seguidores. Y la apuesta de estos por una opción política puede animar a gente que no lo tiene claro a decantarse. Y esto suma a la fuerza política; es un plus que le da más notoriedad. Ahora bien, en algunos casos en los que los músicos no se han definido políticamente hasta el momento, puede ser arriesgado y puede hacer que pierda seguidores por apoyar una u otra opción política. ¡Quién sabe si veremos a Miguel Bosé cantando para alguna campaña contra la gestión de “el bicho”!

AL: ¿Y qué podrías contarnos de los himnos nacionales cómo melodía en los actos públicos?

TC: Nos gustarán más o menos, pero tienen una carga política inmensa; al igual que las banderas. Al País Valencià hemos visto como últimamente en algunos actos oficiales se ha optado por poner el himno en la versión instrumental y no con letra, básicamente por no tener que cantar “per a ofrenar noves glòries a Espanya”. Y, cuando es con letra, vemos cómo algunos políticos omiten esta frase. Marta Sánchez ha propuesto una letra para el himno de España, pero seguro que es muy laxa para unos y muy centralista para otros, ¡así que mejor sin letra! Y en Cataluña, Els Segadors es todo un himno reivindicativo, a pesar de que hay quien prefiere el Virolai, un himno a la virgen de Montserrat. Los himnos son simbología, pero también son elementos aglutinadores de identidad, y por eso es normal que los gobiernos, las autonomías y los estados los utilicen como herramienta comunicativa.

AL: ¿Y de las letras de las canciones? Es decir, ¿podrías citar algunas campañas o actos públicos políticos donde la música electoral haya sido minuciosamente escogida por el mensaje que transmite su letra?

TC: Un ejemplo que me gusta mucho es Agafant l’horitzó, de Txarango con la colaboración de numerosos artistas. Antes del 1 de octubre de 2017, el grupo catalán hizo pública esta canción que había hecho con motivo del referéndum, para animar a la ciudadanía a votar. Podíamos escuchar “gent de mar, de rius i de muntanyes: ho tindrem tot i es parlarà de vida”, una frase de Ovidi Montllor, y numerosas referencias a la identidad, a la necesidad de tomar partido y a un futuro prometedor lleno de vida. Se le llamó “la canción del referéndum” y se hizo viral. Se escuchaba en las radios, en conciertos, en manifestaciones, antes y después del 1oct. Lo que la gran mayoría de personas no sabían es que era una iniciativa de la CUP, que había contactado con los artistas y habían hecho la canción para la campaña del referéndum. Fuentes de la CUP explican que querían hacer algo similar a la canción Chávez corazón del pueblo. Y lo consiguieron, porque la canción fue un éxito, fue transversal dentro del independentismo y pocos supieron que venía de un partido político concreto, sino que pensaban que era iniciativa propia de los artistas. En este caso, la letra de la canción se hace expresamente para el referéndum, y el ritmo y la armonía consiguen que sea una canción muy pegadiza.

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AL: Entonces Teresa, y sabiendo todo esto que comentábamos a lo largo de la entrevista ¿qué consejos le darías a un equipo de campaña electoral antes de elegir la música de campaña? ¿Qué papel juega la personalidad del candidato o candidata en esto?

TC: Lo primero que le aconsejaría es que definiera el objetivo que quiere conseguir: a quién quiere llegar, si prefiere que circule la canción sin saber de dónde viene (como el ejemplo de Agafant l’horitzó) o quieren que se vincule directamente con la opción política… También se tendría que definir si es coherente con la narrativa oficial del partido o no. No es lo mismo hacer el Run Run de Ada Colau (en el que la candidata canta la canción), que un seguidor o grupo de música haga una canción para la campaña. Y en este sentido la personalidad del candidato y su relato es fundamental: puede que con la trayectoria de Ada Colau no nos sorprenda tanto verla cantar, pero nos rompa mucho los esquemas y la imagen que teníamos predeterminada si vemos, por ejemplo, a Ximo Puig. Después, el presupuesto es importante. Si no tienes muchos recursos, vale más la pena hacer una playlist atractiva que no una canción que sea cutre. Ante la falta de recursos, la originalidad debe primar.

AL: Por último Teresa, y a modo juego… ¿Con qué canción cerrarías los actos de campaña de los principales partidos políticos del Congreso de los Diputados español?

TC:¡Ostras! ¡Esta es la pregunta más difícil! Podría decirte qué artistas serían interesantes para alguna fuerza política: por ejemplo, Compromís podría emplear alguna canción de Samantha, o ERC alguna de Rosalía. Ciudadanos, sin lugar a dudas a su querida Marta Sánchez, y Podemos con canciones de Amaia Romero. El PSOE me cuesta más: buscaría un perfil como Serrat (para hacer el guiño a la España plurinacional) pero más joven, que transmita más aire fresco.


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